El etiquetado es el elemento a través del cual mostramos información sobre el producto al consumidor final, por lo tanto, en la lista de ingredientes de las etiquetas han de ser destacados aquellos que son alérgenos alimentarios según la forma prevista en la legislación actual.
La persona consumidora ha de tener a su disposición toda la información necesaria sobre la composición del productos para poder realizar una elección adecuada y evitar el riesgo de sufrir una reacción alérgica.
Los mensajes de advertencia sobre posible contaminación cruzada en un producto, solo debe emplearse cuando exista un riesgo real y evaluado, nunca se debe hacer en sustitución de eludir unas prácticas correctas de elaboración.
La industria deberá advertir sobre el riesgo de contaminación cruzada con una leyenda precautoria en la etiqueta, en el caso de que las medidas preventivas implantadas no aseguren la desaparición total del riesgo, pudiéndose encontrar trazas de sustancias alergénicas en el producto final. Un forma correcta de mencionar el riesgo de contaminación cruzada en la etiqueta sería la frase «Puede contener trazas de…» seguido del nombre del alérgeno.
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